viernes, septiembre 23, 2005

La Generalitat suministra Viagra a los presos con problemas de erección, incluidos los violadores

El Departamento de Justicia de la Generalitat suministra pastillas de Viagra a un peligroso violador, de 53 años, que cumple condena en la cárcel de Ponent de Lleida y al que se le ha diagnosticado disfunción eréctil. Fuentes penitenciarias explicaron que éste no es el único caso en que un agresor sexual que cumple condena en alguna de las prisiones catalanas ha recibido Viagra con el fin de mantener relaciones sexuales en los vis-à-vis íntimos que mantienen los reclusos con mujeres que les visitan en las cárceles.

Según ha podido saber este periódico, S. C. C. ha recibido en diversas ocasiones el citado fármaco. Del mismo modo que se recetan calmantes, tranquilizantes o cualquier tipo de medicamento a los internos, también se les suministra este polémico fármaco, según las citadas fuentes.

Viagra es el nombre comercial del fármaco usado para la disfunción eréctil o impotencia. El nombre genérico es el de citrato de sindenafilo. Desarrollada por la compañía farmacéutica Pfizer, se vende en pastillas de color azul con la palabra Pfizer en una de sus caras.

Desde su comercialización ha estado rodeado de polémica, pero nunca se había relacionado con los presos. Al recluso le recetaron Viagra de 50 miligramos en más de una ocasión para combatir la 'disfunción eréctil' que aseguró a los facultativos que sufre. Un portavoz del Departamento de Justicia reconoció que se suministra este medicamento al citado reo porque "es totalmente legal" y añadieron que es tratado como cualquier enfermo dentro de la cárcel, "tal y como prevé la ley".

Asimismo, estas fuentes precisaron que el recluso, con un extenso historial en fugas, "no disfruta de permisos y tiene comunicaciones regulares con familiares sin que se haya producido ningún incidente".

Desde el Departamento se explicó el procedimiento que se sigue para conceder Viagra. Un urólogo de un hospital público vinculado a la prisión pasa consulta a los internos y elabora una lista de reclusos que tienen problemas de disfunción eréctil. Este listado se entrega a la enfermería del centro penitenciario.El día que un interno tiene una relación íntima y cree que lo necesita, acude al servicio médico, en cuya presencia ingiere la pastilla de Viagra si su nombre aparece en la lista.

Un portavoz de Justicia recalcó que "los presos están privados de libertad, pero no de otros derechos", como el de ser atendidos cuando "tienen una enfermedad".

"ja es aixo!"

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